
5 consejos básicos para llevar una vida más sostenible (sin morir en el intento)
Hacia el residuo cero. Primeros pasos
¿Se te hace un mundo hablar de residuo cero? ¿Piensas que eres incapaz de reducir el consumo de plásticos en tu día a día? ¿Crees que te va a suponer mucho tiempo y/o dinero?
Te propongo un reto: Te voy a dar 5 consejos súper sencillos para que comiences a llevar una vida con menos residuos (sin que lo notes en tu tiempo ni en tu bolsillo). ¿Me cuentas si te animas a llevar alguno a cabo?
- Utiliza bolsas reutilizables para comprar fruta y verdura
- Intenta que tu próximo jabón de ducha, sea sólido
- Intenta que el próximo champú, también lo sea
- Utiliza luffa como sustitutivo a los estropajos o a las esponjas de baño
- La próxima vez que salgas a tomar un algo, no olvides el “sin pajita, por favor”
¿Cómo lo ves? ¿No parece tan complicado, no? Además, es muy importante que tengas en cuenta que el movimiento residuo cero no es un «todo o nada». Recuerda que cada pequeño paso cuenta y genera cambios positivos.
Por si te quedasen dudas en alguno de los consejos anteriores, te ayudo a desgranarlos uno a uno y, obviamente, si tienes cualquier pregunta, no dudes en escribirme.
1. Utiliza bolsas reutilizables para comprar fruta y verdura
Este fue uno de mis primeros pasos hacia el residuo cero. Hace más de tres años compré un pack de 6 bolsas en Usar y Reusar (veo que ya no tienen exactamente el mismo pack que yo compré, ahora las venden por tamaños, pero aquí te dejo el enlace a uno de los nuevos packs por si quieres echarles un vistazo). Están prácticamente como el primer día (la foto que ves está hecha para el artículo).
Las llevo siempre en la bolsa de tela con una cremallera que ves en la foto, me ocupan muy poco espacio y son muy, muy útiles.
Hay estudios que afirman que la producción de una bolsa de algodón orgánico es muchísimo más contaminante que una bolsa de plástico. Sin embargo, estos estudios se están centrando principalmente en la contaminación que supone producir y/o distribuir cada bolsa, olvidando los problemas que dichas bolsas generan post-consumo.
Por eso, yo me sigo quedando con reutilizar: hace más de tres años que no voy a la frutería o a comprar a granel sin mis bolsas de tela (y lo que les queda…). Y, sinceramente, me merece la pena.
Si no te convence el tema del algodón por el artículo que hemos enlazado antes, te recomiendo que eches un vistazo al proyecto “Bolseta” (yo no las he utilizado porque cuando descubrí el proyecto ya utilizaba mis bolsas de “Usar y Reusar” y me voy apañando así, pero creo que “Bolseta” es de esos proyectos que merecen ser visibilizados y, si aún no tienes tus bolsas para comprar frutas y verduras, igual te interesa echarles un vistazo).
* Actualización mayo 2021: el escribir este artículo me creó tanta curiosidad que me puse en contacto con Irene Tato, fundadora de Bolseta, y le hice esta entrevista sobre los productos, los inicios y el futuro de la marca. También adquirí varios de los productos para probarlos y estoy muy contenta con el resultado.
2. Intenta que tu próximo jabón de ducha sea sólido
Este punto te diría que es el más sencillo. Mi padre ha usado pastilla de jabón para ducharse toda la vida. Así que creo que puede ser lo más fácil de encontrar en el supermercado. Yo intentaría buscar tiendas o marcas que fabriquen sus propios jabones de manera tradicional y artesanal pero, si no puedes cambiar mucho tus hábitos en este momento, estoy segura que en los supermercados venden pastillas de jabón sin plásticos. Y… sólo con este gesto ya estarías un poco más cerca de una ducha libre de plásticos.
3. Intenta que el próximo champú también sea sólido
Entiendo que el tema de los champús es algo que da más respeto al principio: ¿hará espuma? ¿me dejará el pelo limpio de verdad? ¿realmente merece la pena? ¿me servirá cualquiera?
Hay tantas preguntas que, a simple vista, parece más fácil seguir con nuestros hábitos de siempre que intentar hacer el cambio.
Este, no te voy a engañar, creo que es el consejo más complejo de llevar a cabo de este post. No por lo difícil que te vaya a resultar adaptarte, sino porque no solemos encontrar el que mejor se adapta a nuestras necesidades a la primera. Yo empecé con Lush hace más de 5 años y cuando decidí buscar algo más artesanal me costó un poco encontrar el champú que me iba bien.
Hace ya casi 3 años conocí los champús de Ester de Mu’tu Málaga y estoy encantada con ellos. Es verdad que, al no estar en mi ciudad, tengo que hacer pedido online, con la contaminación que eso conlleva. Sin embargo, como no soy la única adepta a sus champús, una vez al año hago pedido conjunto con mis compis de curro de forma que intentamos reducir al máximo el impacto de nuestra compra.
4. Utiliza luffa como sustitutivo a los estropajos o las esponjas de baño
La luffa, explicado de forma rápida, es una planta muy similar a un calabacín (son de la misma familia) que, cuando madura, se convierte en una esponja natural.
Lo más interesante de la luffa es que, al proceder de una planta, es 100% biodegradable. Y… te cuento que hace unos días descubrí que al ser biodegradable la puedo compostar gracias a AbonoKm0. Tiene lógica, pero cuando empecé a llevar mis restos orgánicos a AbonoKm0 no me planteé que podría compostar también la luffa con lo que ahora estoy 100% feliz con esta idea.
La sugerencia del post es que puedes usar la luffa como sustitutivo tanto de estropajos como de esponjas. Sin embargo, hay que tener cuidado de no usarla como esponja a diario porque son un poco agresivas con la piel. Como esponja de ducha (si es que quieres usar sí o sí), hay otras alternativas como la esponja de konjac que irrita menos la piel o directamente usar la pastilla de jabón.
5. La próxima vez que salgas a tomar un algo, no olvides el “sin pajita, por favor”
Esta última recomendación que parece tan “sencilla” a veces no lo es tanto porque puedes pedir algo que jamás te imaginarías que te van a traer con pajita y… ¡te llega con sorpresa! A mí me ha pasado a veces de llevarme una sorpresa con bebidas que tú dices pero… ¿por qué le pones pajita a esto?
Pero, como siempre, esto es un proceso y de los errores siempre aprendemos.
Te recomendaría que lo pusieses en práctica, porque ahorramos muchos plásticos al planeta, a los mares y a animales marinos que no tendrían porqué estar rodeados de nuestras pajitas, cañitas o similares.
De todas formas, a finales de este año este problema debería desaparecer porque la Unión Europea ha prohibido por ley los plásticos de un solo uso para 2021. Para diciembre de 2021 deberán desaparecer cubiertos, platos, pajitas y bastoncillos de plástico de un solo uso, entre otros. Con todo, seguro que nos inventamos otra forma de sustituir las pajitas que no sea llevar las nuestras o, simplemente, no usarlas. Por eso te recomiendo que intentes evitarlas porque lo imprescindible es dejar de generar residuos, ya sean plásticos o de cualquier otro material que nos siga llevando a la cultura de “usar y tirar”.
¿Te animas?
¿Cómo lo has visto? ¿Te animas a introducir alguno de estos pequeños cambios hacia el residuo cero en tu día a día? ¿Por cuál vas a empezar? Cuéntamelo en los comentarios o en las redes. Estoy deseando escuchar tus sensaciones 😉
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