
Aglaya Huguet: cambiar el mundo a través de los residuos textiles
Un proyecto de reciclaje textil socialmente responsable nacido en Barcelona
En Europa se tiran de media 11 kilos de ropa por persona al año. En España es habitual encontrar ropa tirada en el suelo cerca de los contenedores si caminas por una gran ciudad. Hace unos pocos meses saltaba a los grandes medios de comunicación de masas que el norte del desierto de Atacama en Chile se ha convertido en un cementerio de ropa, en el cual se estima que hay miles de toneladas -tanto usada como sin usar- procedentes de los países del norte global.
La solución a este escenario pasa principalmente por reducir y reutilizar. Pero también porque los proyectos de moda tengan muy en cuenta estas problemáticas y empiecen a convertirse en parte de la solución.
Esto es lo que intenta Alex Huguet a través de Aglaya Huguet, un proyecto de reciclaje textil con el que da una segunda vida a todos los residuos textiles que llegan a sus manos:
“En Aglaya nos dedicamos a crear objetos para lograr una vida con menos residuos. A través de la confección con residuos textiles, alargamos la vida útil de cada prenda”
Aglaya Huguet es un proyecto que comenzó a forjarse en la cabeza de Alex Huguet en octubre de 2017. Y a día de hoy, en abril de 2022, integra no sólo el valor de la sostenibilidad a través de su compromiso medioambiental y de la reutilización textil, sino que también es un proyecto con valores como la inclusión, la transparencia, el compromiso social y la proximidad.
De la moda a medida al reciclaje textil
Alex Huguet es patronista y su primera idea fue la de la creación de ropa sostenible a medida. Lo planteó en una incubadora de proyectos y, cuando ya casi lo tenía olvidado, aceptaron su candidatura.
En esta incubadora pasó seis intensos meses de formación en emprendeduría, que terminaron por cambiarla tanto a ella como a la idea de proyecto inicial. Alex quería ser parte de la solución a uno de los grandes problemas que genera la moda: sus residuos.
Decidió que sus conocimientos de costura, confección y patronaje servirían para ayudar a crear una industria menos contaminante y comenzó a crear peluches con relleno reciclado para gente cercana.
Sin embargo, con el parón de la pandemia, se dió cuenta de que no eran productos competitivos y aprovechó aquellos meses para reconectar con ella misma a través de la meditación y el yoga. En ese momento nació Epojé, el cojín de meditación que aún hoy es uno de los productos estrella y principal protagonista del proyecto Aglaya Huguet.
“El original lo tengo por casa todavía aunque el relleno no tiene nada que ver con los de ahora, ya que no fue triturado sino que eran retales que yo tenía”
El reciclaje como valor intrínseco en el proyecto
Tras la pandemia Alex abrió un pequeño local de arreglos en el barrio de Sant Andreu en Barcelona. Un local de 15 metros cuadrados que en 3 meses se llenó de residuos textiles que las personas del barrio donaban al conocer el proyecto.
“Ese local me puso el problema delante de las narices: vale que estaba en un barrio de Barcelona donde obviamente vive mucha gente, pero no entraba tanta gente como para que se estuviera llenando como lo estaba haciendo”.
Ese baño de realidad fue la clave para que ya no hubiese marcha atrás.
Hoy por hoy prácticamente el 100% de los materiales con los que se fabrican los productos de Aglaya Huguet son reciclados (exceptuando el hilo y algunos materiales metálicos que dan forma a piezas como Energón): botones, relleno y telas son 100% reutilizados.
“La misión de Aglaya es reducir el impacto de la moda en el medio ambiente”
De momento, el proceso de selección de prendas para la creación de los productos de Aglaya es muy artesano. Alex recoge los materiales y los valora seleccionando aquellos tejidos que podrán servir para la parte externa y visible de los Epojés y resto de productos. Estos tejidos son limpiados y utilizados para la confección.
Al mismo tiempo, Alex va acumulando tanto los residuos de estas creaciones (retales o hilos sobrantes) como la ropa que no puede recuperarse (prendas rotas, desgastadas, descoloridas…) y la lleva personalmente a triturar a una empresa donde le devuelven un material que se asemeja a algodón, y es con lo que termina rellenando sus confecciones.
Un proyecto en el que prácticamente todo tiene un porqué
Más allá del reciclaje textil y el cuidado que se pone en que las piezas contengan prácticamente el 100% de su material reciclado, Aglaya es una empresa en la que valores como la sostenibilidad y el compromiso social no son un simple eslógan. Alex se encarga de cuidar y trabajar cada detalle del proceso.
Detrás de cada prenda hay personas a las que Alex ha enseñado personalmente a cortar patrones y que fabrican cada pieza de forma artesanal y única. Una vez creadas las prendas, del relleno se encarga la fundación Arrels (una organización que trabaja por la integración y el apoyo de las personas sin hogar).
Con el packaging para los envíos aún está buscando un material más sostenible que el cartón, aunque de momento lo entregan con este formato. Y la entrega la realizan con Koiki, una empresa de envío sostenible de última milla. “Me gusta mucho porque los últimos kilómetros los hacen en bici y, aunque no llegan a todas partes, intentan buscar socios que también funcionen con los mismos criterios.”
Empresaria con valores firmes
No hace falta sentarse durante mucho tiempo a charlar con Alex para ver como de sus palabras se desprenden valores como el optimismo, la honestidad, la conciencia por un bien común y la lucha por la injusticia social y medioambiental.
En los inicios del proyecto le costó verse como empresaria. Sin embargo, esos valores que desprende y que lleva intrínsecos le ayudaron a definir una empresa que sí merecía la pena crear. Decidió que las personas y el respeto por el planeta iban a ser sus principales prioridades.
“En mi generación nos criamos con muchísimos inputs sobre el reciclaje. Pero hay muchas personas que no lo practican porque piensan que ninguna acción suya puede cambiar las cosas. Sin embargo, yo lo entendí al revés planteándome: ‘¿En qué puedo ayudar yo para que esto no ocurra? o ¿en qué puedo ayudar yo para que esto sea menor?’ A mí me gusta buscar soluciones.”
Reflexionamos juntas: ¿son necesarios más proyectos como Aglaya Huguet?
Alex cree que son necesarios más proyectos como este “porque no somos conscientes de que vivimos en un planeta finito y finito de recursos. Personalmente, creo que la mayoría estamos poniendo el foco mal: lo ponemos en las cosas y no en el sentir”.
“Creo que proyectos como Aglaya, que combinan una filosofía de cuidado físico entre personas, el planeta y los procesos, son necesarios. Por el simple hecho de que hemos dejado de valorar las cosas. No sé porqué tiramos tanto, porqué no valoramos lo que tenemos, porqué las redes sociales son tan chungas, porqué no nos valoramos como personas.”
“Por eso creo que son muy necesarios proyectos así, que crean un valor real sin necesidad de querer enriquecerse de más a costa de otras personas ni recursos. Proyectos en los que haya valor: por parte del empresario hacia sus trabajadores, de los clientes hacia los productos y de los clientes hacia el empresario. Cosa que ahora mismo no ocurre.”
“Todos podemos vender, pero podemos vender a alguien que realmente le dé valor a nuestros productos o podemos intentar engañar a alguien. Y yo creo que el mundo está en la segunda casilla. Sin embargo, por el planeta, por las personas, por los valores, por la salud mental, por mil problemas que estamos creando, la primera versión para mí es la que es realmente válida.”
Alex tiene muy claro que los proyectos con valores son los que realmente necesitamos. Con todo, cuando hablamos sobre si el futuro de la moda ha de pasar 100% por el upcycling o el reciclaje textil, asegura que cree que no es necesario ni posible.
“Si realmente comprásemos sólo lo que necesitamos -y fueran de materiales naturales- no debería haber ningún problema en que se siguiese creando moda desde cero sin reutilizar. Yo no le veo ningún problema, pero todo pasa por el consumo necesario. Ahora mismo la moda no es un consumo necesario, es un consumo excesivo, sin cabeza y desmedido. En el mundo occidental no sólo tenemos la ropa que necesitamos, sino que tenemos cinco veces más. Y nos permitimos el lujo de seguir comprando porque hemos integrado la compra de ropa como un hobby”.
“Para mí no es el hecho de que toda la moda que se cree a partir de ahora sea reutilizada, ¡ojalá! Pero es poco probable porque reutilizar la ropa que ahora mismo se está creando es casi imposible. Las fibras están muy mezcladas, no se pueden tratar. No, no se puede deshacer para volver a hacer, en la mayoría de los casos sí se puede en porcentajes muy pequeños. Ahora mismo hay un máximo del 30 por ciento de poliéster reciclado en las piezas, por lo tanto, el 70 por ciento sigue siendo nuevo.”
“Simplemente el modelo que hay ahora no lo veo posible. Se sustenta en un consumismo constante. Por lo tanto el problema no está tan vinculado a los materiales que se utilizan, sino a la forma de consumo.”
El futuro de Aglaya Huguet
Al preguntar a Alex por el futuro nos recuerda que el objetivo de Aglaya es reducir al máximo el impacto de la moda en el medio ambiente y le gustaría llegar a ser un referente en el sector del reciclado textil: “espero hacer muchos más productos porque creo que como sistema de producción tiene muchas más posibilidades. Me gustaría que Aglaya Huguet fuese un proyecto reconocido tanto por lo que hacemos como por el valor que damos. Y por soñar me encantaría tener un taller propio donde poder emplear a personas. Donde poder no sólo transmitir nuestra filosofía a los clientes, sino donde los trabajadores también sean cuidados de la misma forma. Sería muy, muy bonito. Quiero seguir creciendo. Y confío en que nos lo vamos a pasar súper bien y -sobre todo- vamos a reciclar muchísimo. Que es lo que realmente importa y por lo que existe el proyecto.”
Una cita para recordar
Para terminar, después de una interesante charla que duró casi dos horas, le pedí a Álex una cita o recomendación que quisiera compartir contigo que hoy estás leyendo este artículo. Se decidió por una frase: “Te voy a compartir una frase que me enseñó mi madre. Y que me ha ayudado mucho, que me ha recordado que soy fuerte, que puedo con todo, que no me debo rendir, que estoy aquí porque tengo que estar, que las cosas pasan porque deben pasar en el sentido positivo o negativo de la palabra. La frase en catalán es ‘mars encalmats no fan mariners hàbils’ -mares en males en calma no hacen marineros hábiles-.
Es una frase que me ha representado mucho como mujer fuerte y no dispuesta a que la definan. No estoy dispuesta a quedarme con lo que me da el mundo o lo que se espera de mí, ni un poquito. Yo siempre he querido ser una marinera muy hábil.”
¿Dónde encontrar Aglaya Huguet?
Su web: https://aglaya.barcelona/
Su instagram: https://www.instagram.com/aglayabarcelona/
Local físico: Calle de Bellver, 11, Barcelona
Entradas relacionadas
Deja una respuesta Cancelar la respuesta
Responsable: Beatriz Ferrer.
Finalidad: Responder cualquier comentario que hagas.
Legitimación: Consentimiento.
Destinatarios: Webempresa y usuarios.
Duración: hasta que solicites eliminar tu comentario.
Derechos e información adicional:
Puedes ver todos los detalles en la política de privacidad.
Sobre Quiero Ser Cambio
¡Hola, soy Bea!
Si quieres conocer más sobre Quiero Ser Cambio y sobre mi, te invito a pasarte por la sección Sobre QSC