
¿Cómo viajar de forma responsable?
Reflexiones y claves para hacer turismo de forma más sostenible y responsable
Era 2015. De casualidad me tocó involucrarme en un proyecto sobre cómo afectaba el turismo internacional a las sociedades tradicionales de Yucatán (México). Aunque muchas de las cosas que descubrí ya las suponía, el proyecto llegó como un jarro de agua fría. No me hizo falta mucha investigación para confirmar lo que ya sospechaba: el turismo de masas trae muchos beneficios a corto plazo. Pero, sin embargo, no suele ser el más beneficioso a largo plazo ni para la fauna, ni para la flora, ni para las personas que viven en destino.
A partir de ese momento, mi forma de viajar cambió de forma considerable. Empecé a cuestionar el impacto de mis decisiones en muchos aspectos del viaje y hoy, siete años más tarde, quiero compartir contigo algunas de las claves que para mí han sido imprescindibles en los últimos años para viajar de una forma más responsable y sostenible.
No recuerdo exactamente por donde comencé. No sé si fue por reducir los vuelos, los viajes o por elegir alojamientos y empresas más responsables a las que apoyar en destino. La verdad es que no logro recordar qué fue primero, pero sí recuerdo que mi forma de ver el turismo había cambiado. La necesidad de generar un impacto positivo ya era algo obligatorio en mis viajes. Y es que, si queremos que las próximas generaciones sigan teniendo nuestras mismas oportunidades a la hora de viajar, no podemos seguir actuando como si el planeta fuera nuestro, ni obviando la emergencia climática a la que nos enfrentamos.
¿Qué es viajar de forma más sostenible? ¿Es lo mismo que viajar de forma más responsable?
Según la Organización Mundial de Turismo, el turismo sostenible es “el turismo que tiene plenamente en cuenta las repercusiones actuales y futuras, económicas, sociales y medioambientales para satisfacer las necesidades de los visitantes, de la industria, del entorno y de las comunidades anfitrionas.” Sin embargo, para que este turismo pueda llevarse a cabo, es necesario una responsabilidad por parte de la industria y de las personas. La definición de turismo responsable se ajusta más a las acciones que las empresas y turistas pueden realizar para que hacerlo realidad. En palabras de Harold Goodwin, “la sostenibilidad es el objetivo, pero sólo se puede alcanzar si las personas asumen su responsabilidad”.
¿Qué significa para ti hacer turismo de forma responsable? ¿Es ser responsable con el medio ambiente? ¿Con los animales? ¿Con las comunidades locales que visitas? Según la declaración de Turismo Responsable de Ciudad del Cabo de 2002 viajar de forma responsable implica responsabilidad económica, social y medioambiental (con todo lo que eso puede conllevar). Al ser una definición tan amplia, el proceso puede resultar abrumador en determinadas ocasiones. Sin embargo, sólo cuestionando nuestra forma de viajar en un ámbito concreto, ya estamos abriendo un camino que puede llegar a tener un impacto muy positivo. Y, aunque a veces pueda resultar agotador, es un viaje muy enriquecedor.
En mi caso, viajar de forma sostenible y responsable se ha convertido en una prioridad. No entiendo otra forma de viajar. Mi objetivo es minimizar -todo lo posible- el impacto negativo que mi viaje pueda tener tanto en las comunidades locales como en el medio ambiente, así como intentar potenciar el impacto positivo todo cuanto esté en mi mano. Sin embargo, esto no siempre es viable al 100%, ya que el impacto cero es prácticamente imposible. Por esta razón, en este artículo encontrarás recursos, consejos e ideas para que comiences tu andadura sin presiones hacia una forma de viajar más consciente, responsable y coherente.
Para empezar, quitarte presión es clave para hacer de este camino algo positivo. Es importante hacer lo que el cuerpo te pida de la forma en la que tú entiendas que es más responsable. Cuestiónate, pregunta, reflexiona, pero, sobre todo, no pongas sobre tus hombros más peso del necesario. Cuestionarse ya es un gran paso. Lo más común será que empieces por un pequeño ámbito que irás ampliando en futuros viajes. Por eso es imprescindible no intentar llegar a ese 100% de perfección que realmente es, podríamos decir, prácticamente imposible. Por ello mi principal recomendación es que disfrutes del camino.
Gracias por querer cambiar las cosas.
7 claves para viajar de forma más responsable
1. Viaja de forma más lenta
Viajar de forma lenta no consiste en ir a un sitio y no movernos. Sin embargo, sí implica no correr y no frustrarnos por “no verlo todo”. Viajar de forma lenta implica no intentar completar un mapa con chinchetas con todos los lugares que hemos visitado. Implica, por el contrario, conocer tranquilamente el o los lugares que visitemos: hablar con la gente local, preguntar, pedir opinión y permitir disfrutar de tus días libres sin presión.
Intenta no llenar tus días con cosas que ver, planes que hacer o lugares que visitar. Tus vacaciones no son una carrera de fondo. No va a hacerte más feliz el llenar un mapa con más o menos chinchetas.
Viajar de forma lenta te va a permitir conocer de primera mano historias del lugar que visitas, recibir recomendaciones de lugares que conocer, mercados, tiendas o restaurantes que no descubrirías ni utilizando el mejor buscador. También te permitirá viajar de forma menos contaminante ya que te quitará el peso de tener que “ver un país en 10 días” cosa que – además de ser imposible – sólo sería posible usando aviones sin parar. Del mismo modo te va a permitir descansar más, no agobiarte, pararte en los pequeños detalles pero, sobre todo, vas a descubrir esas historias y lugares que no están en los mapas, en los blogs o en las guías de viajes.
2. Olvídate de buscar la foto perfecta de Instagram
Las redes sociales nos han hecho perder un poco la cabeza cuando viajamos. A veces se nos olvida que el viaje debería ser un enriquecimiento personal, no un escaparate al mundo de “todas esas cosas ‘top’ que estamos viviendo”. No nos dejemos abrumar por ese lugar “perfecto” que hemos visto en Instagram. Posiblemente, el lugar que estás visitando tiene muchísimo más que ofrecerte que un punto “mágico” donde hacerte una foto.
Permítete perderte por bosques, senderos y calles. Obviamente, no se trata de dejar de visitar lugares emblemáticos. Pero, cuando una cascada, un columpio con vistas o una calle por la que pasa un tren, se convierten en una atracción turística de la noche a la mañana porque «quedan fenomenal en redes sociales», suele suponer un problema para el entorno y las comunidades locales. Olvídate de esperar horas para hacerte una foto que luzca bien en Instagram. Ganarás tiempo, te evitarás un enfado -porque el sitio es posible que no se parezca en nada a la foto que estás buscando- y terminarás disfrutando muchísimo más.
Hace unos años, preparando un viaje a Vietnam, me vi inmersa en la vorágine de “no poder perderme el sitio de la foto”. Incluso intentando viajar lento y de forma responsable, no pude evitar caer en aquella ilusión durante los preparativos del viaje. Sin embargo, conseguí escaparme de la presión de las chinchetas verdes. No llegué a buscar aquel lugar «instagrameable». Visité menos ciudades de las que había planeado pero de una forma muchísimo más enriquecedora. En este artículo reflexiono sobre la sensación de inquietud que me generó una noticia que leí en Travindy en 2019 sobre cómo en Vietnam tuvieron que cerrar una calle por el alto volumen de turistas que recibía. No tiene ningún sentido. Nuestro deseo de compartir nuestros viajes no puede estar por encima de todo.
3. Invierte en la economía local
Este es uno de los puntos que más beneficio directo va a aportar al lugar donde viajemos. Si elegimos grandes cadenas hoteleras es muy probable que el dinero vaya directo a grandes inversores (incluso fuera del país). Lo mismo ocurrirá si nos vamos a la otra punta del mundo y terminamos comiendo en grandes cadenas de restaurantes o cafeterías que, sin mucho esfuerzo, podríamos encontrar en las ciudades en las que vivimos.
Escoger alojamientos pequeños regentados por gente local, olvidarse de comer en grandes cadenas de restaurantes y aprovechar para disfrutar de la cocina de proximidad visitando pequeños restaurantes, cafeterías y bares, y consumir en el pequeño comercio y en los pequeños mercados constituirán fuentes de ingresos clave para las ciudades y los pueblos que visitemos.
Otra clave para apoyar a la economía local es que nos olvidemos de comprar souvenirs en grandes tiendas o en aquellos lugares en los que no veamos mano artesana detrás. Si quieres comprar algún pequeño detalle, apoyando la economía del lugar, busca productos de artesanía local o de alimentación de producción local. Con todo, aunque sea local o de proximidad, comprar recuerdos o souvenirs a lo loco y sin medida tampoco es sostenible. ¿Cuántas camisetas, imanes o regalos innecesarios has terminado desechando porque te resultaban completamente inútiles?
4. Evita el turismo con animales
Aunque seamos amantes de los animales, en ocasiones nos encontramos realizando prácticas de turismo irresponsable para ellos, incluso sin darnos cuenta.
Prácticamente cualquier actividad que nos asegure un contacto directo con animales suele afectarles negativamente. Darles de comer, hacernos fotos o montar sobre ellos – incluso los avistamientos 100% asegurados -, son algunas actividades que generan mucho reclamo y que son totalmente nocivas para los animales.
En este post de la web “Turismo Responsable” encontrarás claves sobre cómo y dónde realizar turismo responsable con animales. Algunas de estas claves son:
- No participar en ningún tipo de paseo con elefantes, caballos o burros.
- No participar en actividades de nado con delfines u otros animales salvajes.
- No participar en actividades en las que te permiten tocar o hacerte una foto de cerca con animales.
- No comprar souvenirs hechos con partes de animales, ni llevarse animales vivos como “recuerdo”.
- No dejarse engañar por centros que se hacen llamar santuarios, orfanatos o centros de conservación. Es importante asegurarse primero de ir a sitios que realmente tienen el bienestar de sus animales como única prioridad.
- Denunciar cualquier actividad que podría implicar maltrato animal.
Estos son sólo algunos de los consejos que encontramos en la web “Turismo Responsable” -creada por la Asociación Faada- y que es imprescindible conocer. Faada es una Fundación para el Asesoramiento y Acción en Defensa de los Animales. Su misión es promover el respeto por los animales en el ámbito social, legal y educativo. Su web es un buen lugar por donde comenzar a informarte sobre este tipo de turismo.
También te recomiendo el instagram de Andrea Torres (@travelleating) -bióloga especialista en animales salvajes- en el que comparte muchísimos consejos sobre como viajar de forma responsable con animales, además de darnos claves para detectar cuando una empresa o proyecto nos está vendiendo planes que no respetan ni cuidan a los animales como dicen.
Es posible que sea la primera vez que te cuestionas el impacto de subirte a un camello o del poder tocar un elefante de cerca. Es normal. Lo tenemos muy normalizado. Por eso, para cerrar los consejos sobre este punto, te comparto esta reflexión de Sandra, de Viajeros Reverdes: un artículo muy interesante sobre el porqué es necesario ser responsable con los animales a la hora de viajar.
5. Respeta la cultura, la forma de vida y las tradiciones locales
Parece bastante obvio pero muchas veces nos olvidamos de que ese lugar que estamos visitando es el hogar de otras personas. Así como, en general, nos gusta que nuestro pueblo o ciudad esté limpio, cuidado y que los turistas lo respeten, es clave que tengamos esto en mente a la hora de viajar.
Y es que, aunque pueda seguir pareciendo evidente, para que disfrutemos de lugares increíbles durante nuestras vacaciones, hay que respetarlos y cuidarlos. Por eso, es importante recordar que lo importante en ese viaje maravilloso que tienes en mente no es que sólo tú disfrutes. Después de tu visita vendrá más gente que debería poder disfrutarlo también. Es más, la gente local, debería poder seguir viviendo y disfrutando de ese lugar durante el resto del año.
Teniendo en cuenta estas claves, viajando con empatía y dejando a un lado los prejuicios será mucho más fácil que nuestros viajes sean respetuosos tanto con la cultura como con las tradiciones locales del lugar que visitemos.
6. Intenta elegir los transportes menos contaminantes
Uno de los grandes conflictos internos cuando nos empezamos a plantear viajar de forma más responsable es el cómo movernos. En general, los aviones son el medio de transporte más contaminante que existe. Tajante y cruda afirmación que, a las personas más preocupadas por el medioambiente, puede generarnos niveles de ecoansiedad bastante altos.
En este artículo de la BBC se explica la cantidad de emisiones que se genera por pasajero y por tipo de medio de transporte. Sin embargo, según este informe de Union of Concerned Scientists dependiendo de si viajas solo o no y cuáles sean las alternativas, no siempre el avión resulta ser la opción más contaminante.
Con todo, comprometerse a volar menos es una decisión clave, pero no por ello hemos de dejar de viajar. Existen alternativas como el tren, los autobuses o los alquileres de coches eléctricos que, para según qué tipo de viajes, nos ayudarán a reducir mucho la huella de carbono generada. Es más, nos descubrirán otras formas de viajar que habíamos dejado olvidadas y que pueden enriquecer mucho nuestra experiencia viajera.
Sin embargo, si has elegido viajar a un destino al que llegar en avión, es importante tener en cuenta que el despegue y el aterrizaje son los momentos en los aviones son más contaminantes. Por tanto, si has de viajar en avión sí o sí, intentar reducir el número de escalas y viajar en clase turista son dos decisiones que ayudarán a que tu viaje sea algo menos contaminante.
7. Lleva siempre contigo tus kits de básicos residuo cero
Está claro que no puedes llenar tu maleta sólo con productos reutilizables, ya que muchas veces el peso de nuestro equipaje es clave a la hora de viajar. Sin embargo, hay una serie de básicos que no ocupan mucho espacio ni son pesados y nos facilitarán mucho la vida en destino.
Los básicos que yo siempre llevo conmigo en los viajes son:
- Para las excursiones siempre llevo una botella reutilizable de acero inoxidable, una bolsa de tela y un tupper (que llevaré lleno de ropa durante los momentos que vaya vacío para evitar que ocupe más espacio del necesario). Normalmente intento no olvidar tampoco un porta alimentos de tela: no ocupa prácticamente espacio y es genial para envolver bocadillos, fruta, snacks, etc.
- Para el baño no me olvido del champú y gel sólidos (que puedes sustituir por botellas pequeñas ya rellenas de casa si aún no utilizas cosmética sólida), pasta de dientes sólida o en pastillas y mi propio cepillo de dientes.
- Para comprar en destino: bolsas de la compra reutilizables y el tupper que no sólo va bien para las excursiones, sino también para comprar.
Si es tu primera vez, es clave que te marques un objetivo y no intentes evitar todos los plásticos que encuentres. Si vas poco a poco todo será más llevadero y conseguirás mantener el ánimo para seguir añadiendo objetivos a tus próximos viajes.
Disfruta de tus vacaciones de forma responsable sin machacarte
Además de estas claves, hay muchas más opciones que pueden ayudarnos a planificar unas vacaciones más responsables. Reducir el consumo de alimentos de origen animal, compensar nuestra huella de carbono o elegir empresas turísticas sostenibles, son algunas de ellas. Ha habido una elección consciente de no comentarlas todas para que el artículo no resultase abrumador.
De hecho, debemos recordar que la clave está en comenzar poco a poco, intentando no hacerlo todo perfecto y permitiéndonos fallar. Es por ello que la recomendación con la que deberíamos quedarnos es que debemos intentar ser responsables sin torturarnos por aquello que no conseguimos hacer. Obviamente no deberíamos seguir viajando y viviendo como si la crisis climática no existiese. Pero, si ya has empezado a caminar, recuerda que cada pequeño paso, cuenta.
Como último consejo, compartir nuestras inquietudes con nuestro círculo cercano y empezar a implementar pequeños cambios dando ejemplo, es un clave para mantener la motivación de seguir caminando. Sin embargo, si en tu entorno más cercano la sostenibilidad es un concepto totalmente ajeno, te comparto varios blog y cuentas de viajeras que me inspiran, para que recuerdes que hay muchas más personas en esto también.
Viajeras que me inspiran
- Sandra Morante, de Viajeros Reverdes, lanzó hace unos meses esta guía de viaje vegana para viajeros intrépidos y responsables junto con Cristina Fernández de Viajes Veganos. Contiene recomendaciones top para aquellas personas que estamos empezando a reducir nuestro consumo de productos de origen animal y que queremos descubrir cómo hacerlo viajando.
- Yve Ramírez, la Ecocosmopolita, fue una de mis primeras referentes en el mundo de la sostenibilidad. Si aún no la conoces, te recomiendo su blog, 100%. A parte, te comparto este artículo con 10 consejos para realizar un intercambio de casas, que me parece un regalo si quieres conocer el mundo del intercambio de casas entre particulares.
- Carla Llamas es una viajera responsable que debería ser un referente para todas. Si tengo que recomendarte alguno de sus canales para que empieces a conocerla, te recomiendo su cuenta de Instagram y su podcast, en el que entrevista a personas realmente inspiradoras tanto del mundo de los viajes como del mundo de la sostenibilidad.
- Para terminar, como ya te he recomendado a lo largo de este artículo, el instagram de Andrea Torres (@travelleating), bióloga especialista en animales salvajes, es clave si te interesa comenzar a realizar un turismo más responsable con animales y no sabes por donde hacerlo. Andrea es una gran inspiración y referente para mí.
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